martes, 12 de abril de 2011

La primera página de los libros de Antonio Muñoz Molina

Cuando se nombra un nuevo académico en la Real Academia, el día de la lectura del discurso de aceptación tienen que estar en la biblioteca todos los libros del nuevo académico. Cuando llegó ese día para Antonio Muñoz Molina, un mensajero pasó por casa a recoger los libros. En casa se encontraba su mujer, Elvira Lindo, pero Antonio no la había avisado de que pasarían y tampoco había preparado los libros, de manera que lo único que se la ocurrió fue entregar su propia colección de libros para que no faltaran en la biblioteca.

Esos libros siguen en la biblioteca y a todos ellos les falta la primera página. Elvira las arrancó. Allí se encontraban las dedicatorias personales que Antonio la había escrito.



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