Sin ningún motivo en especial, un día me fijé en esta mujer.
Es nieta de la mujer que comenzó el imperio cosmético Estée Lauder. Nacer en esta familia ya marcó su futuro, pues no había ninguna duda que se dedicaría a la empresa, pero al menos se ha molestado en prepararse para el puesto y no ser simplemente una heredera del negocio.
Triunfa en los negocios, sin dejar de lado el aspecto familiar pues está casada y tiene dos hijos. Según dice en algunas entrevistas, hace lo imposible para ser ella quien recoja a sus hijos a la salida del colegio y los fines de semana son sagrados.
Dicen que aplica a menudo la máxima que popularizó su abuela: "Es mi apellido el que está en cada producto, así que tiene que ser perfecto". "Es mi apellido también", suele afirmar Aerin, "y por ello me siento enormemente responsable de que todo salga perfecto".
A mi personalmente me llama la atención que no es una mujer llamativa ni espectacular, pero siempre está perfecta. A pesar de representar una marca de cosméticos, suele ir con un maquillaje muy discreto, al igual que su pelo que prácticamente lleva siempre igual, melena lisa y suelta, y si la ves con un recogido suele ser muy sencillo.
Creo que una característica de su elegancia es precisamente la sencillez. Pero claro para ser sencilla también hay que "poder".
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