martes, 22 de septiembre de 2009

La herencia de Stieg Larsson.



Ya había oído esta historia hace algunos meses, pero ahora me la han recordado y he decidido contarla en el blog.

Precisamente la he recordado al oír en la radio que han concedido a Stieg Larsson el premio del CGPJ por la lucha del escritor contra la violencia machista. El premio ha sido recogido por su viuda, Eva Grabielsson.

¿Y qué os parece el maltrato que ha recibido la viuda del escritor?. Después de vivir 32 años juntos y por el hecho de no estar casados, la ley sueca no le reconoce ningún derecho, de manera que han quedado como herederos de Larsson, su padre y su hermano.

Quizá dicho así no suene tan mal, pero cuando lees con detalle la historia y descubres que Larsson prácticamente no tenía ningún contacto con dicho padre, ni lo tuvo en su infancia, mucho menos con ese hermano, y que ninguno de los dos asistió al entierro (claro que por entonces no estaban publicados sus libros y no tenían ni idea del legado que les había dejado), entonces sí parece injusto que se lleven todos los derechos generados por sus novelas y que su mujer con la que libremente eligió vivir tantos años se quede sin nada.

Por supuesto su viuda está luchando en los tribunales por lo que ella considera que la corresponde y ha surgido un movimiento de apoyo a su causa.

La verdad es que después de leer los tres libros de la trilogía “Millennium”, no me gustó nada la imagen que se muestra de Suecia. No es un país del que conozca mucho, pero tenía una idea de él como país muy avanzado y superior a nosotros. Pero lo que leí en el libro me mostraba todo lo contrario. Un país con mucha violencia de genero, cuando nos quieren hacer creer que nosotros estamos a la cola de Europa en dicho tema. Por otra parte ese tema de la tutela de los jóvenes, tal y como es reflejada en el libro, no parece muy satisfactoria y parece ser algo bastante habitual.

Y ahora conocer esta noticia me parece confirmar las dudas sobre la evolución de dicho país, donde resulta paradójico que en una sociedad en la que el 50% de la población son parejas de hecho, exista una ley como la de Cohabitación, que no reconoce derecho alguno a las parejas, a quienes sólo se tiene en cuenta para el reparto de muebles.

La verdad es que da que pensar.


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