La verdad es que he dudado si poner esta entrada tal cual o incluirla en la de "Lugares con encanto". Da igual, basta con que sepáis que Cáceres la considero de las ciudades más bonitas de España.
Me sorprendió cuando fui a visitarla, quizá precisamente porque no conocía nada de la ciudad, de otras oyes hablar tanto pero yo no había oído prácticamente nada de Cáceres. Y eso fue lo mejor, me llevé una grata sorpresa. La verdad es que merece la pena, tiene un casco antiguo espectacular. Además tuvimos una gran suerte pues había visitas guiadas gratuitas y tuvimos una magnífica guía que nos explicó de una forma muy interesante todo lo que íbamos visitando.
No sé si habréis leído una entrada mía de hace unos meses sobre Juana la Beltraneja. Bien pues durante la disputa castellana por el trono, los nobles se dividieron entre los que apoyaban a Juana y los que apoyaban a Isabel la Católica. Como ya conté finalmente ganó Isabel, y como represalia contra las familias de la cuidad de Cáceres que no la habían apoyado, dictó una serie de Ordenanzas entre las que se encontraba la de rebajar las torres de las casas, características de su arquitectura, a la altura de los tejados.
Esta fue su manera de humillarlos y demostrar quien mandaba allí. La única excepción, y como privilegio, le fue concedida a su leal partidario el capitán Diego de Cáceres Ovando, al que le autorizó a tener una torre en la casa que se había empezado a construir en torno a 1.466 y que se encuentra situada en la plaza de San Mateo, que es la que se conoce actualmente con el nombre de Torre de las Cigüeñas.
Y es por esto que se habla de las torres desmochadas de Cáceres, que desde luego no hacen perder el encanto que tiene la ciudad.